El consumo de tabaco además de ser un hábito y un vicio, es sobre todo una enfermedad: el tabaquismo, que causa millones de muertes al cabo del año en todo el mundo, perjudicando seriamente la calidad de vida tanto de los fumadores como de su entorno y del propio planeta.
La nicotina es una droga muy potente, tanto o más adictiva que la cocaína o la heroína.
El tabaco además es la causa principal, no solo de la mayoría de cánceres de pulmón que existen, sino que de manera directa o indirecta es responsable de cientos de enfermedades, ya que de las aproximadamente 4.000 sustancias tóxicas que contiene un solo cigarrillo, más de 50 de ellas son cancerígenas y que en tan solo 10 segundos una vez inhaladas, se instalan en el torrente sanguíneo, con lo obviamente perjudicial que ello resulta para el organismo.
¿CUÁLES SON LAS MOTIVACIONES QUE IMPULSAN A LAS PERSONAS A FUMAR?
Es paradójico, porque por un lado, el hecho de fumar afortunadamente ya no está tan de moda socialmente; hemos comenzado una era healthy, donde priman más los hábitos saludables, el ejercicio y la buena alimentación, pero por otro lado son millones de jóvenes en todo el mundo los que empiezan a fumar aun a sabiendas de las graves consecuencias que puede traer el tabaquismo a medio y largo plazo.
Desgraciadamente la deseabilidad social sigue siendo la principal causa y más tarde, la tolerancia que provocan las sustancias que se inhalan en el humo del tabaco nos lleva a pensar que no podremos soportar la abstinencia física o mental del hábito tabáquico y así se continúa fumando durante décadas.
Ciertamente, el confinamiento por el que hemos atravesado ha sido un buen momento para decirle adiós al tabaco de una vez por todas, pero la verdad es que aún no tenemos informes realmente elaborados al respecto. Posiblemente haya que esperar aún un tiempo.
Lo que sí es seguro y según los diferentes expertos, fumar debilita y facilita los procesos infecciosos y es bien conocido que los fumadores son más proclives a las infecciones respiratorias, con lo cual y aunque reitero que no hay estudios concluyentes, siempre será mejor no fumar y así poder evitar quizá futuros contagios de COVID-19. La prevención es esencial en nuestra salud y en la de nuestro entorno.
Además, las colillas, que contienen microgotas de nuestra saliva, pueden ser un foco de transmisión no solo del coronavirus, sino de otras muchas enfermedades. Aprovecho para comentar que se está llevando a cabo un proyecto desde hace ya un tiempo, el NMCS No más colillas en el suelo, donde cada vez el éxito es mayor, principalmente por la concienciación de las personas a no tirar las colillas en las vías públicas.
CIGARRILLOS ELECTRÓNICOS
Aunque se desconocen por el momento los efectos que el uso de cigarrillos electrónicos puede tener sobre la salud, como se ha apuntado ya en otros artículos de NOTICIAS EN SALUD, hay informes recientes sobre enfermedades pulmonares graves asociadas a estos nuevos dispositivos.
La mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, con lo cual la dependencia es igual a la de los cigarros convencionales. Además llevan otras sustancias también tóxicas como formaldehído, propilenglicol y otros productos químicos saborizantes que irritan igualmente las vías respiratorias y pueden causar problemas cardíacos, ente otros.
La adicción al tabaco es una de las más difíciles de tratar. Normalmente el tratamiento antitabaco se aborda a través de una perspectiva multidisciplinar. Muchos pacientes necesitan de fármacos, siempre bajo estricta supervisión médica, y algo muy importante es la psicoeducación. Se ha observado un éxito importante con la psicoterapia cognitivo-conductual breve.
El éxito para con el paciente básicamente va a depender de la VOLUNTAD del mismo, así como de nuestra dedicación como terapeutas, prestando siempre una atención individualizada.
Los psicólogos sabemos que es difícil, pero no imposible. Durante las primeras semanas la mayoría de pacientes suele pasar por un periodo de abstinencia física y psicológica. El cigarro suele acompañar durante muchos años a las personas, en los buenos y en los malos, así que lo que aconsejamos es cambiar hábitos y rutinas, respirar profundamente, recordar las razones por las que decidieron dejar de fumar para siempre y sobre todo no autoengañarse.
En la actualidad hay muchas Apps gratuitas donde la persona puede controlar los cigarros que no ha fumado, el dinero que se ha ahorrado, el porcentaje de la capacidad respiratoria que ha recuperado, etc.