«Los alimentos siempre han representado para nosotros poder y, actualmente, es lo único seguro que tenemos en nuestras vidas»

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Julia Osorio-Hernández es Nutricionista Clínica, Educadora en Diabetes, Experta en FODMAPS y Coaching nutricional y Docente formadora registrada. Más de 100 Másteres, Diplomados, Cursos y Congresos en México, España, USA, Irlanda, Perú, Francia, Italia, Eslovenia.
Con experiencia de trabajo presencial y online en México, España, Irlanda e Israel. Ha ofrecido más de 400 charlas, talleres, cursos y conferencias, de nutrición, dietética, orientación alimentaria, manipulador de alimentos, alimentos de riesgo, alergias alimentarias, cursos de pre-elaboración y conservación culinaria. Presenciales y online.

La situación provocada por el Covid-19 provocó un estado de alarma en el que la medida principal es estar confinados en casa. Uno de los comentarios más sonados, aunque se utiliza con humor, es que cuando se termine esa situación, la gente saldría a la calle con unos kilos de más. ¿Por qué cree que se tiene esta percepción? ¿Considera que las personas, al estar encerradas, comen más?

Lo cierto es que en aquella situación se rompió por completo nuestro esquema, es decir, la forma de vida que hemos creado. Por un lado, hemos diseñado nuestra vida para vivirla fuera de casa, no dentro, a nuestras casas solo llegamos para comer y dormir.

Pasar tanto tiempo dentro de nuestras casas nos genera ansiedad y un vacío que queremos compensar con la comida. 

Entonces, estaríamos hablando del hambre emocional, ¿no? ¿En qué consiste exactamente?

Los alimentos siempre han representado para nosotros poder y pertenencia y, actualmente, es lo único seguro que tenemos en nuestras vidas. Es algo que podemos utilizar para llenar el vacío que nuestra vida diaria ha dejado.

El hambre emocional es, entonces, una manera de llenar los miedos que la Covid-19 ha dejado en nuestras vidas.

Por tanto, no siempre que sentimos hambre es por una necesidad fisiológica de alimentarnos, ¿no?

No, si no aprovechamos esa oportunidad para reencontrarnos, relajarnos, meditar, estudiar aquel curso que veníamos postergando, entonces sentiremos un vacío que solo se llenaría con comida o alcohol.

¿Cómo podemos gestionar este hambre emocional?

Debemos establecer una rutina y buscar seguirla a toda costa. Seguir un horario no solo para cuidar de nosotros mismos, sino de nuestras familias y respetar los tiempos destinados a las comidas.

¿Cómo se puede distinguir el hambre emocional del físico?

Si mantenemos nuestra mente ocupada con un nuevo proyecto que nos entusiasme, entonces no estaremos buscando “qué comer”. Nuestros tiempos se van a ocupar con proyectos productivos. Si esto lo hacemos por varios días seguidos, habremos creado un hábito que podremos incorporar a nuestra rutina diaria y mejorar nuestra calidad de vida.

En estos días, hay muchas personas que tienen estrés, ansiedad y los nervios están a flor de piel. ¿Cómo puede ayudarnos la alimentación a calmarnos o a tranquilizarnos?

Si cuidamos nuestra alimentación, nos sentiremos mejor, con más energía, mejorará nuestra digestión e incluso bajaremos de peso. Esta situación no es más que una invitación a convertirnos en mejores personas.

¿Es lo mismo el hambre que el apetito? ¿Cuáles son sus diferencias?

Hambre es cuando nuestro cuerpo necesita alimentarse y el apetito es la necesidad de consumir algo, no importa qué, si no sabemos identificar esta diferencia, pensaremos que todo el tiempo tenemos hambre y estaremos comiendo todo el día, por eso se deben marcar horarios.

¿Cómo se pueden cultivar unos hábitos alimenticios más saludables?

Lo primero evitar comprar demasiada comida, solo lo que vamos a consumir. Reducir la cantidad de bollería, chocolates y refrescos. Si no los vemos, no se nos antojan. Asegurarnos de tener siempre fruta y verdura cerca para que en lugar de buscar unas galletas tomemos unas mandarinas

Además, debemos de asegurarnos de beber 8 vasos de agua al día, en ocasiones ni siquiera es hambre lo que sentimos, solo es sed y la confundimos pensando que queremos comer.