La semana anterior te estuve hablando del síndrome de burnout, un síndrome de agotamiento emocional que surge debido a la presencia de estrés en el entorno laboral. Hoy quiero hablarte de otro síndrome de estrés en el entorno sanitario y te ayudaré a diferenciar un síndrome de otro.
¿Qué es la fatiga por compasión?… También es llamado “trauma vicario” y es un síndrome de estrés cuyos síntomas son consecuencia de cuidar y ayudar a personas que sufren o están traumatizadas. Esta fatiga aparece en aquellos profesionales muy empáticos que conectan fácilmente con sus pacientes y por lo tanto llegan a desarrollar una “empatía patológica” que les lleva a sobre-identificarse con el sufrimiento que experimentan a quienes atienden.
Hay quien dice que este síndrome en realidad debería llamarse “fatiga por exceso de empatía” porque la compasión es el antídoto ideal para la empatía patológica. La empatía sin medida nos deja agotados y anula nuestra capacidad de ayuda como profesionales, nos impulsa a sentir el mismo sufrimiento que el otro, impidiendo ese alejamiento emocional necesario para poder ayudar de manera efectiva. Sin embargo la compasión pone en acción nuestra capacidad de ayuda, es la que nos lleva a cuidar cuando ya no existe la posibilidad de curación y es la que nos impulsa a buscar soluciones a problemas nuevos. La compasión es el antídoto porque nos impulsa a contactar con los conocimientos adquiridos y eso nos ayuda a distanciarnos emocionalmente del sufrimiento ajeno. ¿Cómo puedo saber si tengo fatiga por compasión?… Hay algunos síntomas que puedes experimentar y que te indican su presencia…
¿Hay algún factor de riesgo para desarrollar la fatiga por compasión?… Se ha observado que aquellos profesionales de la salud que han vivido un trauma en su vida personal, tienen una mayor probabilidad de desarrollar la fatiga por compasión al atender a pacientes que transitan por un trauma, ya que esta experiencia del presente re-abre sus heridas no sanadas.
Aquellos profesionales que no tienen buenas habilidades de regulación emocional y del estrés, tienen mayor riesgo de sufrir este agotamiento por exceso de empatía. Lo mismo ocurre con quienes no poseen estrategias de auto-cuidado y quienes tienen dificultades para afrontar la muerte.
Quienes sienten la necesidad de rescatar o salvar a las personas que atienden, tienen un mayor riesgo de agotarse emocionalmente por su exceso de empatía, ya que eso le impulsa a olvidarse de ellos mismos y a no cuidarse.
Las unidades donde más se ha estudiado esta fatiga por compasión y donde mayor prevalencia hay, es en urgencias, las unidades de cuidados intensivos y en cuidados paliativos.
¿Qué diferencias hay entre la fatiga por compasión y el síndrome de burnout?… En ocasiones puede ser difícil distinguir un problema de otro, ya que las diferencias son sutiles. Para ayudarte en esta tarea, puedes acudir a la siguiente figura:
¿Qué puedo hacer para prevenir la fatiga por compasión?… Algunas pautas que puedes seguir, son…
- Reconoce que tienes un problema emocional y que te sobrepasa el sufrimiento de tus pacientes.
- Es una reacción normal, es una expresión de la empatía y compasión que compartes con el paciente.
- Comparte esta experiencia con otros compañeros que pueden estar viviendo lo mismo, así lo normalizas.
- Acude a talleres de regulación emocional, habilidades de comunicación y técnicas de relajación o meditación.
- Aprende a establecer una alianza terapéutica que se desarrolle en torno a una empatía sana.
- Realiza pausas durante la jornada laboral para reducir tu estrés y presión emocional.
- Las reuniones de equipo previenen la fatiga por compasión y si se comparten estos sentimientos, mejor.
- Pautas básicas de auto-cuidado: come cada día de manera sana, duerme entre 6 y 8 horas diarias, realiza actividades al aire libre y de ocio, dedícate tiempo, conócete a ti mismo, apóyate en personas que te escuchan y apoyan, vete de vacaciones y desconecta de tus responsabilidades diarias.
¿Qué debo hacer si llevo un tiempo experimentando fatiga por compasión?… Si este es tu caso, mi consejo es que acudas a un psicólogo (presencial u online) que te pueda ayudar a sanar tus heridas emocionales, a superar tus traumas y a aprender estrategias de regulación emocional, así como aprender a contactar contigo mismo y a quererte.