¿Qué es exactamente la neurofisiología clínica?
La Neurofisiología Clínica se define como una especialidad médica fundamentada en la neurociencia, que permite la exploración funcional del sistema nervioso, mediante diversas técnicas para el estudio de la actividad cerebral, la valoración del sistema nervioso periférico, el sueño, las vías a nivel medular.
Así, permite diagnosticar, tratar, neuromodular con fines tanto diagnósticos, pronósticos como terapéuticos. Somos los grandes desconocidos de las neurociencias, sin embargo, nuestra especialidad tiene tantos años de duración como otras muchas. También es una especialidad exigente dado que, si quieres controlar una técnica haz de conocer la anatomía, la fisiopatología de diversas enfermedades, además de tener destreza técnica para llevarlas a cabo, hay que tener arte y paciencia. Es una especialidad apasionante.
¿Qué fue lo que le llamó la atención de esta disciplina de la salud?
Crecí con cierta pasión por el área de las neurociencias. Me formé en Colombia y, desde siempre, con inquietud alrededor de cómo entender el funcionamiento y la ingeniería cerebral. Cuando estaba en Sexto año de la facultad de Medicina, en el año que nosotros llamamos de internado, pedí rotar por neuropediatría y me enamoré de la epilepsia y los registros electroencefalográficos en ese entonces en papel (este tipo de estudios se hacen mediante electrodos para valorar la actividad cortical normal y si existe actividad cerebral epiléptica), después tuve la oportunidad de venir a España, uno de los únicos países que tiene la especialidad propia como tal, ya que en muchos otros países es como una segunda especialidad y al elegir no dudé de lo que quería especializarme.
Entonces, ¿qué es lo que hace un neurofisiólogo?
Un Neurofisiólogo Clínico realiza estudios electroencefalográficos para valorar la actividad cerebral, estudiar a fondo pacientes con epilepsia, realiza estudios electromiográficos para valorar patologías neuromusculares: alteraciones o compresiones de los nervios periféricos, alteraciones de las raíces radiculares, de la transmisión neuromuscular y orientamos diagnósticos tanto en fases agudas como en fases crónicas dando mucha información.
También realizamos potenciales evocados para valorar la vía visual, la vía auditiva, a nivel medular, realizamos estudios de electrofisiología ocular valorando la retina, los conos, los bastones. Realizamos interpretación de estudios de sueño para valorar trastornos de los mismos, en algunas unidades se realiza consulta clínica de sueño, vamos al quirófano a vigilar que en ciertos procedimientos como de neurocirugía y de raquis no se lesionen las estructuras nerviosas… Trabajamos con estimulación magnética transcraneal de forma diagnóstica y también terapéutica (esta última de forma novedosa) que ha mostrado eficacia en trastornos como el dolor y la depresión.
¿Hay alguna diferencia si trabaja con niños o con personas adultas?
Si, en las diversas técnicas según la edad la edad, hay que tener en cuenta los valores de normalidad que cambian efectivamente, el tipo de técnica y como realizarla si es un niño o es adulto. Sobre todo, en técnicas que pueden generar molestia como la electromiografía y algunos estudios de retina. Aunque he de decir que los grandes pacientes son los pequeños, en su gran mayoría suelen colaborar fenomenal.
¿Qué hace una Neurofisióloga Clínica hablando de emociones? ¿Cómo nace la idea?
Siempre he considerado que, como médicos, somos instrumentos en el proceso de la curación de la enfermedad y, viéndolo desde ese punto de vista, hay muchos aspectos que influyen en el proceso de bienestar. Hemos visto como muchas enfermedades se agravan con el estrés, con la depresión. Que las enfermedades de la psique son fundamentales en todo tipo de pacientes. No es igual un paciente con buena actitud, con un buen apoyo social ante un duro tratamiento ante alguien que no lo tenga.
Desde hace bastante tiempo creo firmemente que todo lo que invirtamos en nosotros y en cultivar nuestra alma es el mejor regalo que nos podemos dar. Descubrí la programación neurolingüística como una herramienta para facilitar la comunicación efectiva, el Coaching para aplicarlo en la vida diaria y en la mayoría de los casos para aplicarla en mí misma.
De ahí nace la idea de crear un Blog y un Podcast “Neuroclicklab”, para hablar de ciencia, de gestión de emociones, de pacientes, de médicos, de las personas. Está aún arrancando con mucha ilusión y considero que es útil para muchas personas.
¿Por qué considera que es esencial saber gestionar las emociones?
Las emociones van inherentes a todos los procesos humanos, todas las acciones, todo lo que hacemos cada día nos genera alguna emoción y partiendo de ahí hay que saber que no hay emociones buenas ni malas. Ni la tristeza, ni la frustración son malas, solo son emociones negativas que con alta probabilidad son la tapadera de otras emociones más profundas. Saber identificarlas, sentirlas y gestionarlas pueden darnos alivio, armonía, nos pueden empujar a cosas mejores, hay procesos en la vida muy difíciles, pérdidas imborrables, sin embargo, si las identificamos y logramos transformarlas, transformamos también la forma en la que miramos la situación, tenemos más perspectiva y más armonía con nosotros mismos. Si esto es posible, enfermaremos menos, nos enfadaremos menos, viviremos mejor.
Centrándonos un poco en la neurociencia, ¿por qué el liderazgo, la comunicación y la motivación son tan importantes?
Nuestro cerebro es un maravilloso y complejo órgano que tiene muchísimas funciones. La comunicación es un proceso que incluye la vía auditiva, la visual, la corteza cerebral, neurotrasmisores, además de la posibilidad de interactuar con personas afines en el lenguaje, en el objetivo, etc. Para llevar a cabo diversas acciones a nivel individual y colectivo necesitamos una razón, una motivación. La motivación es como algo no tangible que también pone en marcha muchos circuitos cerebrales.
En cuanto el liderazgo, hay que recordar que somos animales de pertenencia. Necesitamos desde pequeños hacer parte de una familia, a un grupo con creencias similares, un trabajo, a un grupo de pertenencia y es ahí, donde es necesario reconocer quien o quienes son los líderes de los mismos. En casa serán los padres, en los trabajos deberían ser los jefes. Y un líder es alguien que no necesita imponer, la gente le sigue, es ejemplo, es empático, es justo, sabe escuchar, sabe dirigir. Muchos líderes marcaran las vidas de otros desde el punto de vista emocional.
¿Cree que las personas pueden preparar su cerebro para adquirir nuevos conocimientos?
Considero que es importantísimo recordar que el cerebro como cualquier otro órgano es necesario que esté en activo. El conocimiento es fundamental, está comprobado que leer, realizar operaciones matemáticas, crucigramas, disminuye el riesgo de desarrollar algunas demencias. Las personas que aprenden nuevas habilidades, se mantienen menos estresadas y disminuyen inclusive el riesgo cardiovascular.
Existen nuevas herramientas más allá de los tratamientos farmacológicos que muestran efectividad para disminuir el estrés, mejoran la calidad del sueño como lo son la meditación y el Mindfulness. La edad es un estigma, aprovechar todas las herramientas que tenemos hoy en día para aprender es un gran regalo.
¿Cuáles son los próximos retos a los que se enfrenta la neurociencia?
Desde mi punto de vista, seguir conociendo como funcionamos. Seguir descubriendo circuitos cerebrales, donde se expresan ciertas emociones, como actúan ciertas enfermedades especialmente las que llamamos neurodegenerativas. Si sabemos como funciona la enfermedad sabremos como tratarla.
Innovaremos a nivel farmacológico, trataremos a nuestros pacientes con menos fármacos y con otros tratamientos como lo son la neuromodulación que ya da sus frutos. Pondremos en marcha la investigación para lidiar con enfermedades como la Esclerosis Lateral Amiotrófica, la retinosis pigmentaria, las demencias, enfermedades neuromusculares que limitan muchísimo la vida diaria. Aprovecharemos la robótica, la inteligencia artificial para ponerla a disposición de todos estos pacientes.