Las calles de todos las ciudades, municipios, pueblos y aldeas volvieron a llenarse de aplausos a las ocho de la tarde el jueves. Una cita puntual que, sin embargo en el País Vasco, ayer tuvo una connotación especial.
Los ciudadanos salieron a la calle, algunos con velas y linternas de los móviles encendidas, para rendir un profundo homenaje a Encarni, la enfermera de Osakidetza, de 52 años, que falleció el miércoles por la noche a causa del coronavirus. La primera sanitaria española que muere por el brote del Covid-19.
La mujer trabajaba en el hospital de Galdakao y falleció en la UCI de Basurto, después de estar ingresada durante seis días en ese centro sanitario público. A pesar de que su situación clínica parecía que había mejorado, finalmente, no pudo superar la enfermedad.
“Hoy el coronavirus golpea el alma del sistema sanitario vasco. No estábamos preparados para este golpe”, confesó la consejera de Salud, Nekane Murga, que, junto al lehendakari Iñigo Urkulla, anunció el deceso de la enfermera.
Por su parte, el Colegio de Enfermería de Vizcaya difundió un comunicado en el que lamentó “profundamente” este fallecimiento y trasladó el pésame y la solidaridad de los más de 8.500 colegiados de este territorio a los familiares y amigos de los fallecida.
Asimismo, también aprovecharon para reconocer la labor que, diariamente, hacen los profesionales sanitarios para luchar contra el coronavirus y enfrentarse a “circunstancias de peligrosidad”.
Son muchos los profesionales de la salud que, día tras día, reiteran la necesidad de reforzar las plantillas para poder atender y cuidar mejor a los pacientes y profesionales afectados por el coronavirus. La continua sobrecarga de trabajo lleva a bajas por agotamiento y estrés, lo que complica la atención sanitaria en los servicios de emergencias, hospitales, centros de salud y otros centros sanitarios.
Y no solo ello, sino también hacen hincapié en la necesidad de tener equipos de protección individual (EPIs), los cuales son escasos en la mayoría de los centros hospitalarios del país, por lo que demandan al Ministerio de Sanidad que haga todo lo posible por paliar estas carencias.
De hecho, uno de los principales temores de los profesionales sanitarios es que sean ellos mismos los responsables de la propagación de la enfermedad y, sobre todo, de llevarlo a sus familias, donde hay niños y personas mayores que son factores de riesgo.
La pandemia del coronavirus supera los 10.000 muertos con más de 240.000 contagiados en todo el mundo. España es el cuarto país más afectado del mundo, con más de 18.000 contagiados, 800 muertos y más de 1.100 personas curadas.
