Un científico afiliado a la Universidad de Yale descubrió que tan solo unas pocas horas de exposición a las partículas ultrafinas ambientales comunes que se encuentran en la contaminación del aire puede desencadenar un ataque cardíaco no mortal.
Las partículas ultrafinas (UFP) tienen un tamaño de 100 nanómetros o menos. Así, en las zonas urbanas, las emisiones de automóviles son sus principales fuentes de emisión y cabe destacar que los niveles elevados de estas partículas son un grave problema para la salud pública.
Así, el estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, es la primera investigación epidemiológica de los efectos de la exposición a la UFP y los ataques cardíacos utilizando el número de partículas, su longitud y sus concentraciones en áreas superficiales a intervalos de exposición por hora.
“Este estudio confirma algo que se sospechaba desde hace mucho tiempo: las pequeñas partículas de la contaminación del aire pueden desempeñar un papel en las enfermedades cardíacas graves. Esto es cierto, particularmente, en las primeras horas de exposición”, indicó Kai Chen, profesor asistente en la Escuela de Salud Pública de Yale y autor del estudio.
UN GRAN RIESGO PARA LA SALUD
Las UFP constituyen un riesgo para la salud por su pequeño tamaño y por su capacidad para entrar en el sistema sanguíneo, entre otras cosas. “Fuimos los primeros en demostrar los efectos de la UFP en la salud de los asmáticos en un estudio epidemiológico en la década de 1990”, explicó Annette Peters, directora del Instituto de Epidemiología del Centro de Helmholtz de Munich. “Desde entonces, se han publicado aproximadamente 200 estudios adicionales y, sin embargo, la evidencia epidemiológica sigue siendo inconsistente e insuficiente para inferir una relación casual”.
La falta de hallazgos consistentes en los estudios epidemiológicos se debe, en parte, a los diferentes rangos de tamaño y las métricas de exposición examinadas para caracterizar la exposición ambiental a UFP.
En este sentido, Chen y sus coautores estaban interesados en saber si la exposición transitoria a la UFP podría desencadenar ataques cardíacos y si las métricas alternativas, como la longitud de las partículas y las concentraciones de área de superficie, podrían mejorar la investigación de los efectos sobre la salud, relacionados con la UFP.
MÁS DE CINCO MIL CASOS DE INFARTO EXAMINADOS
Así, examinaron los datos de un registro de todos los casos de infarto de miocardio no fatales en Augsburg, Alemania. Así, examinaron a más de 5.898 pacientes con ataque cardíaco no fatal entre 2005 y 2015. Estos se compararon con los datos de contaminación del aire UFP en la hora del ataque cardíaco y se ajustaron para una variedad de factores adicionales, como el día de la semana, la tendencia a largo plazo y el estado socioeconómico.
“Esto representa un paso importante hacia la comprensión del indicador apropiado de exposición a partículas ultrafinas para determinar los efectos en la salud a corto plazo, ya que los efectos de la longitud de las partículas y las concentraciones en la superficie fueron más fuertes que los de la concentración del número de partículas y se mantuvieron similares después del ajuste. Así, nuestros análisis futuros examinarán las exposiciones combinadas por hora, tanto a la contaminación del aire como la temperatura extrema”, explicó Chen.