Los elementos modulares más adecuados en estos casos son los viscoelásticos de alta densidad, funda hipoalergénica, transpirable e impermeable, diseñados para prevenir las úlceras por presión en los pacientes que deben permanecer acostados boca arriba o de lado.
El proyecto, dirigido a solucionar problemas de personas de la tercera edad o en situación de discapacidad, fue creado por el Grupo de Investigación en Ergonomía y Sustentabilidad, desde la asignatura “Nodo proyectual diseño y uso” del programa de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira.
En esta ocasión, los estudiantes Yiseth Escandón Ruiz, María Fernanda Pinzón, Jeferson Muñoz Ulloa y Pablo Santiago Vallejo crearon un sistema compuesto por siete elementos de posicionamiento que aseguran una postura óptima con los cambios anatómicos estipulados en los manuales para la prevención de las úlceras por presión.
La úlcera por presión es una lesión que se produce por la muerte celular, debido a la falta de oxígeno en el tejido y por la permanencia en una misma posición por tiempo prolongado, lo que genera un aplastamiento entre dos planos, sumado a la fricción que se produce por movimientos o arrastres, más conocido como cizallamiento.
Según su gravedad, primero se puede evidenciar enrojecimiento, luego una úlcera superficial en forma de ampolla, hasta la pérdida del grosor de la piel que afecta el tejido subcutáneo, músculo, tendones, llegando incluso hasta el hueso. Es frecuente que se formen en las áreas donde la parte ósea está más cerca de la piel, como por ejemplo en articulaciones como los tobillos o las muñecas.
Sistema para prevenir úlceras en pacientes con poca movilidad.
De esta problemática nace el concepto de Anatom, un sistema de posición que está en proceso de patente y que utilizó las tecnologías más avanzadas como espumas con memoria, telas hidrofóbicas y antibacterianas, además de forros internos que permiten mantener el elemento fresco.
El objetivo principal de estos cojines ergonómicos es redistribuir las presiones y la postura del usuario, lo que a su vez facilita la labor del cuidador, ya que brinda seguridad psicológica de bienestar del paciente, y además es fácil de limpiar, usar y ubicar en el cuerpo.
El primer elemento es “Uom”, para la cabecera, diseñado con una profundidad cóncava para ubicar el cráneo en la posición en decúbito supino (boca arriba) y con unas superficies planas para las zonas laterales de la cabeza cuando el paciente está acostado de medio lado.
El siguiente es “Duom”, un par de cojines para la espalda que van desde el omoplato, pasan por la parte inferior de la espalda y empatan con los pies. Desde el muslo hasta el omoplato se adapta a la forma anatómica del cuerpo. Su aplicación funciona en decúbito lateral a 30 grados, que es la posición más recomendada para pacientes que están las 24 horas del día en reposo.
El tercero, “Armom”, está integrado por dos cojines para los brazos, que van desde el codo hasta la muñeca. Aunque evitan el contacto de estas dos articulaciones con la superficie de la cama, mantienen la ergonomía para conservar el cuerpo lo más relajado posible.
Otro cojín posicionador es “Piom”, el cual tiene doble utilidad: boca arriba y de lado (90 grados). Cubre desde el cóccix, elevándose hasta los talones, en una inclinación aproximada de 15 grados.
Por último está “Betwon” que se ubica en medio de las piernas. Su función es separar muslos, rodillas, tobillos y talones mientras el paciente está posicionado de forma lateral a 90 grados. La dimensión del sistema está basada en las medidas estándar de las camas hospitalarias, que es 90 x 180 cm.
Según el Ministerio de Salud, en los servicios de Cuidados Intensivos, Medicina Interna y Neurología la prevalencia de úlceras por presión oscila entre el 3 y 50%.
Otro estudio realizado por la Facultad de Enfermería de la UNAL estima que estas aparecen en el 3 al 10% de los pacientes hospitalizados. Así mismo, la tasa de incidencia de una nueva úlcera por presión está entre el 7,7 y 26,9%, y dos tercios de las que aparecen en hospitales ocurren en pacientes mayores de 70 años.
Según el Ministerio de Salud, las úlceras por presión se desarrollan en individuos con enfermedades severas, neurológicamente comprometidos, con alteraciones de movilidad y edad avanzada.