Numerosos estudios indican que los investigadores en salud no utilizan una metodología sistemática para identificar y referirse a investigaciones anteriores cuando justifican, diseñan o discuten una nueva investigación a desarrollar. Esto ocurre incluso en estudios clínicos de alta calidad publicados en las revistas médicas más prestigiosas.
Diversos expertos alegan que los investigadores médicos seleccionan estudios para citarlos basándose principalmente en preferencias y consideraciones estratégicas. Este hecho entra en conflicto con el paradigma que se acepta en la actualidad de “investigación basada en la evidencia” (IBE). El término IBE se acuñó en 2009 para indicar el enfoque que se necesita para reducir esta práctica de elección de los resultados por conveniencia, que genera una fuente importante de residuos en investigación y riesgos innecesarios para los pacientes y los participantes en los diversos estudios clínicos.
Para que los autores selecciones artículos según preferencias y citen estudios con resultados que apoyen la intervención que están evaluando, el Instituto Nacional de Investigación en Salud del Reino Unido exige ahora que los solicitantes de financiación de la investigación primaria justifiquen toda investigación propuesta mediante la referencia a un examen sistemático exhaustivo y actual de las investigaciones existentes que demuestre que han tenido en cuenta los estudios previos conocidos.
Las revisiones sistemáticas bien elaboradas pueden reducir el desperdicio, no se deben emprender nuevas investigaciones antes de que se complete una evaluación sistemática de lo que ya se conoce o se está investigando. La investigación innecesaria no sólo desperdicia recursos sino que, lo que es más importante, podría perjudicar a los pacientes.
A pesar de esto, en algunas disciplinas, como por ejemplo la enfermería, existe una necesidad imperiosa de investigación primaria experimental de buena calidad antes de que se puedan llevar a cabo revisiones sistemáticas (con la esperanza de encontrar pruebas sólidas).
La investigación europea en enfermería ha sido criticada por la comunidad científica por ser abrumadoramente descriptiva, derrochadora y con poca relevancia para la práctica clínica.
BMJ 2016;355:i5440
Richards, David A., Tove Aminda Hanssen, and Gunilla Borglin. “The Second Triennial Systematic Literature Review of European Nursing Research: Impact on Patient Outcomes and Implications for Evidence‐Based Practice.” Worldviews on Evidence‐Based Nursing 15.5 (2018): 333-343.