El ministro de Salud de Argentina, Juan Manzur, ha asegurado que hasta el momento son 70 personas las que han muerto a causa de la gripe A en el país.
Tras la última cifra oficial anunciada el pasado viernes que situaba en 46 el número de muertos, el nuevo ministro ha reconocido la muerte de 24 personas más y ha evitado referirse a la cifra extraoficial de fallecidos, que llega a 79.
"Hasta ayer [miércoles] por la tarde los pacientes que han fallecido y que han sido diagnosticados con la presencia del virus de la gripe A son 70. Hay pacientes que ya han muerto anteriormente y que estamos esperando el diagnóstico", sostuvo el funcionario.
Desde que se destapara cerca de 100.000 casos de infectados por el virus de la nueva gripe A(H1N1) la semana pasada, se han extremado las medidas sanitarias. La capital del país y la mayoría de las 23 provincias han decretado emergencia sanitaria -entre ellas Buenos Aires, la más poblada-, las clases han sido suspendidas por un mes, los teatros decidieron suspender funciones durante diez días y se restringieron actividades públicas en todo el territorio nacional.
Según cálculos de la consultora económica Orlando Ferreres y Asociados, las pérdidas por la gripe A han superado los 3.000 millones de pesos(563,8 millones de euros) en 15 días y se pueden llegar a duplicar en un plazo de 30 días.
Cambio de rumbo
A pesar de la reestructuración del gobierno dispuesta por la presidenta argentina, Cristina Fernández, y de la dimisión de varios de sus ministros tras la derrota oficialista en las elecciones legislativas del 28 de junio, la oposición no ha escatimado en críticas.
Las principales fuerzas de la oposición exigen un "cambio de rumbo" y rechazan a la gran cuota de poder que le atribuye al ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), esposo y predecesor de Fernández.
"Indudablemente, al matrimonio presidencial no le queda gente: siguen con el mismo elenco, sólo se animan a hacer cambios de roles", afirmó a los periodistas Gerardo Morales, líder de la Unión Cívica Radical (UCR).
"Mientras esté Néstor Kirchner nada va cambiar, quien se debe retirar del Gobierno es Kirchner", advirtió a su vez el empresario Francisco De Narváez, uno de los líderes de la coalición Unión-Pro, formada por peronistas disidentes con la conservadora Propuesta Republicana (Pro). "Argentina merece un cambio drástico de políticas, no de hombres", arguyó De Narváez.
A pocas horas de asumir como jefe de gabinete, Aníbal Fernández ha admitido que los ciudadanospropinaron una derrota electoral al gobierno porque, evidentemente, piden "cambios en algunas políticas".
