Según un estudio publicado en British Medical Journal, los efectos de los alimentos con fructosa sobre el control glucémico parecen depender tanto de la energía como de la fuente alimenticia. Las fuentes de alimentos con fructosa, especialmente las frutas, sustituidas por cantidades iguales de calorías provenientes de otras fuentes de macronutrientes (principalmente almidones refinados) ayudaron a mejorar la HbA1c sin afectar negativamente a la glucosa ni a la insulina en sangre en ayunas. Sin embargo, cuando varias fuentes alimenticias de azúcares que contenían fructosa añadían un exceso de energía a la dieta, especialmente las procedentes de bebidas azucaradas, se observaron aumentos significativos en la glucosa y en la insulina en sangre en ayunas.
La comunidad científica recomienda una reducción a menos del 5-10% de energía en azúcares libres, especialmente azúcares que contienen fructosa de bebidas azucaradas.
En la bibliografía publicada, los azúcares que contienen fructosa de bebidas azucaradas han mostrado una asociación adversa con la incidencia de la diabetes, además la fructosa libre que proporciona energía en exceso en la dieta ha mostrado un efecto dañino en el control glucémico.
Dado que las pautas dietéticas cambian de un enfoque en nutrientes individuales a otro en patrones dietéticos, no está claro si la evidencia de SSB y el exceso de energía de la fructosa se aplica a otras fuentes alimenticias importantes de azúcares que contienen fructosa en diferentes niveles de control de la energía.
Esta revisión sistemática con metanálisis liderada por Vivian L Choo sugiere que la mayoría de las fuentes alimenticias de azúcares que contienen fructosa no tienen ningún efecto perjudicial sobre el control glucémico en sustituciones de energía procedente de otras fuentes. Sin embargo, varias fuentes de alimentos sí tienen efectos dañinos cuando se agrega un exceso de energía a la dieta, especialmente las bebidas azucaradas.