El 40% de los niños españoles desayuna solo

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El 40 por ciento de los niños españoles desayuna sin la compañía de sus padres o algún familiar, lo que influye directamente en el tipo de alimentos que consume a primera hora de la mañana, según un estudio realizado por Tulipán con la colaboración de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN) y la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS).

   El presidente de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas, Giuseppe Russolillo, ha afirmado que "uno de los factores que puede condicionar una elección saludable, ya sea en el desayuno, la comida o la cena, es que se haga en familia".

   El estudio también ha revelado que el 8 por ciento de los niños mayores de seis años no desayunan todos los días. La falta de la primera comida de la mañana puede repercutir en el desarrollo de los niños y causar una hipoglucemia.

   El presidente de la Sociedad Española de Pediatría Social, Jesús García, ha explicado que el cerebro, tras ocho horas de sueño, necesita tomar azúcar, y si no lo recibe, "no tendrá un buen rendimiento hasta las once de la mañana, que es cuando se toma el primer tentempié". Además, la falta de glucosa aumenta la probabilidad de contraer infecciones y enfermedades, ya que "las proteínas necesitan azúcar para funcionar como defensas", ha señalado.

   La hipoglucemia se manifiesta en los niños en forma de mareos y palidez y, si no se le pone remedio, puede terminar en un cuadro de convulsiones que "podría desencadenar una epilepsia", ha asegurado García, un problema que "sí es frecuente".

   El estudio, desarrollado con el objetivo de comprobar si los niños mantienen unos buenos hábitos en el desayuno, se llevó a cabo a través de entrevistas "on line" a 1.000 padres y madres españoles con niños cuyas edades estaban comprendidas entre los 0 y los 12 años.

¿QUÉ DEBEN DESAYUNAR LOS NIÑOS?
   Russolillo ha señalado que, aunque no hay un menú consensuado por todas las sociedades científicas, el desayuno debe incluir fruta fresca, productos integrales ricos en hidratos de carbono, como el pan y los cereales integrales, y lácteos bajos en grasa, a los que se pueden añadir frutos secos y una grasa para acompañar.

   El pan es fundamental y se puede acompañar con aceite de oliva, aceites vegetales o margarinas vegetales. Por otro lado, ha sido demostrado que los frutos secos tienen "un beneficio cardiosaludable y que, en raciones moderadas, pueden incluso contribuir a una buena salud y a un control del peso corporal", ha afirmado Russolillo.

   Según García, se debe seguir la regla de los 30-30-30: un 30 por ciento de grasas, un 30 por ciento de proteínas, un 30 por ciento de hidratos de carbono y un 10 por ciento de otros elementos como frutos secos y fruta en general.

   Un menú de desayuno que cumple estas recomendaciones podría estar compuesto por un vaso de leche desnatada, mezclada si se quiere con cacao o cereales malteados, que equivale aproximadamente a 100 gramos; 25 gramos de frutos secos, como seis almendras o seis nueces; 50 gramos de pan; y una pieza de fruta.

MUCHOS PADRES PRIMAN LA SENCILLEZ A LA APORTACIÓN NUTRICIONAL
   Según el estudio, el 20 por ciento de los padres priman la sencillez de preparación o que los alimentos del desayuno sean divertidos o sabrosos frente a la importancia de que sea saludable o no. Además, el 33 por ciento de los padres afirma que da a sus hijos a diario una pieza de bollería.

   García ha destacado que es clave que los niños asuman que las comidas no son elección suya, sino de sus padres. "Hoy por hoy, hay que establecer unas normas y límites desde el punto de vista nutricional. No se debe comer a la carta, hay que seguir unas normas y respetar unos gustos, pero los niños tienen que aceptar los menús". Por su parte, Russolillo ha recomendado que los niños participen en la compra o en la elección de los menús de la semana, o que incluso se les de a elegir la cena una noche a la semana, pero nunca convertirlo en una costumbre diaria.

   También es aconsejable presentar varias fuentes de alimentos para que los niños puedan elegir. Si no se puede preparar todo el mismo día, se pueden dejar desde por la noche colocados parte de los cubiertos del desayuno.

   Por último, García ha recomendado levantar a los niños hasta una hora antes de ir al colegio, de forma que les de tiempo a darse una ducha para despertarse y a realizar un desayuno de entre 15 y 30 minutos.