Profesionales de la Unidad de Desintoxicación y Patología Dual del Hospital Vithas Aguas Vivas han advertido sobre los riesgos de la “hiperconectividad” y han apuntado la necesidad de realizar una desintoxicación digital.
Los doctores Augusto Zafra, Miguel Ángel Harto, Charo Genovés y Víctor Avellón, psiquiatras de Vithas Aguas Vivas, explican que la hiperconectividad es un concepto que “sintetiza la situación actual del ser humano en la cual convive permanentemente conectado a la información a través de diferentes dispositivos como la radio, la televisión, internet, los ordenadores, las tablets, el smartphone y el teléfono móvil”. Además, a todo esto, hay que sumar que se ha generado “una necesidad de conectividad permanente principalmente en niños y jóvenes por motivos educativos y por búsqueda de diversión. Los niños actuales han interiorizado desde su nacimiento la era de la tecnología instaurada en su entorno más cercano y en diferentes entornos familiares, sociales y académicos”.
Los profesionales ponen un ejemplo muy gráfico:
“Son las 15:00 horas y Sara se encuentra desesperada. Ha ocurrido un fallo en la señal de internet en el área y parece que ha ocurrido un daño grave que va a requerir unas horas para su reparación. Sara y otros vecinos de la zona ya han realizado más de 10 llamadas en 15 minutos a la central solicitando desesperadamente la reparación de la red. El sentimiento de aquella niña de 13 años es de desesperanza total y no sabe qué otra cosa puede ponerse a hacer. No sabe con quién hablar, se siente sola y vacía, su mundo se ha derrumbado en 15 minutos”.
Así, resaltan que muchas personas han sentido algo similar “cuando pierden su smartphone, se va la luz o pierden la wifi o la conexión, han llegado a pensar que son muy dependientes de la tecnología, o creen que no podrían vivir sin algún aparato tecnológico”. En ese caso, estas personas podrían necesitar lo que se conoce como una “desintoxicación digital”.
Desintoxicación digital
Los psiquiatras de la Unidad de Desintoxicación del Hospital Vithas Aguas Vivas afirman que “los comportamientos adictivos, repetitivos y obsesivos pueden pasar desapercibidos, pero la adicción a las tecnologías son reales e interfieren con la vida diaria. Una gran parte de los usuarios de teléfonos móviles (28%) admite que no conducen con la seguridad que deberían mientras utilizan sus smartphones. El 83% de los adolescentes estadounidenses afirman jugar videojuegos mientras otras personas están en la misma habitación. En lo que respecta a Internet, el 92% de los adolescentes informa que se conecta a Internet a diario, y el 24% de esos usuarios accede a Internet a través de computadoras portátiles, tablets y dispositivos móviles” por lo que advierten que “tomarnos un descanso nos enseña que podemos vivir sin esta estimulación constante y, además, reduce esa dependencia de la tecnología y la digitalización”.
Tal y como explican, en promedio, “una persona revisa su smartphone 150 veces al día y no es sencillo fijar un límite entre el uso inadecuado de las TICs y lo que puede asemejarse a una verdadera adicción comportamental”.
“Si después de una larga jornada laboral en la que gran parte permaneció frente a su ordenador respondiendo un sinnúmero de mensajes y participando en varias teleconferencias y al llegar a casa acostumbra a ver series por plataformas de streaming, revisar un buen rato sus redes sociales o navegar en Internet hasta altas horas de la noche, lo que seguramente necesite es una “desintoxicación digital” de tanto estímulo repetitivo y de alto impacto”.
Entre los principales riesgos que comporta el uso excesivo o inadecuado de la tecnología los expertos destacan padecer ansiedad o FOMO –fear of missing out– (miedo a estar perdiéndose algo, o quedar excluido de las redes sociales); anular la creatividad, pues ya no genera ideas propias, todo lo que necesita lo encuentra en la red; perder el análisis crítico de la realidad y falta de reconocimiento de noticias verdaderas, así como dejarse influenciar por las noticias o tendencias de las redes sociales. Además, fomentan el aislamiento y los problemas de socialización; pueden generarse pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos y aumentar el riesgo de sufrir depresión, irritabilidad o ansiedad, además de generar problemas de sueño o insomnio.
Por otro lado, algunas personas pueden renunciar a ciertas actividades y responsabilidades por estar conectado, y preferir quedarse en casa que salir a una caminata o jugar un partido virtual que uno real de fútbol. En este sentido, puede provocar aislamiento, en particular en personas que viven solas, y perder el contacto con el entorno social y los compañeros de trabajo.
Desde el punto de vista de la salud física también puede generar problemas como el síndrome visual informático o lesiones en la columna como secuela de la posición repetida que se adopta al usar teléfono inteligente. También fomentar el sedentarismo y el sobrepeso, entre otros.
La “desintoxicación digital” o “détox digital” es un proceso “al que muchas personas recurren -o deberían recurrir- para abstenerse de usar sus dispositivos electrónicos tales como: el smartphone, las tablets, los televisores inteligentes, los ordenadores… con el principal objetivo de conectarse con el mundo no virtual e interactuar con el entorno físico que les rodea”.
En opinión de los profesionales, aplicar esta “desintoxicación digital” pasa por establecer unas normas saludables de uso, así como un compromiso y una voluntad para cumplirlo.