La pirámide de movilidad, creada de forma conjunta por la Consejería de Salud y Familias y la Universidad de Granada, es un gráfico que representa qué formas de desplazarse deberían priorizarse para obtener impactos positivos tanto en la salud personal como en la sostenibilidad.
En este sentido, se presenta como una herramienta al servicio de la comunidad y un elemento de promoción de la movilidad activa en la población de todas las edades. El desarrollo de la Pirámide de Movilidad se enmarca en la línea de investigación ‘Promoción del desplazamiento activo’ que lidera el grupo de investigación Promoting Fitness and Health Through Physical Activity (Profith).
La Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Consejería de Salud y Familias ha impulsado este proyecto a través de su Observatorio de Salud y Medio Ambiente de Andalucía (OSMAN) que coordina la Escuela Andaluza de Salud Pública. Por parte de la Universidad de Granada, ha participado la Comisión de Movilidad del Vicerrectorado de Igualdad, Inclusión y Sostenibilidad, el Departamento de Educación Física y Deportiva y el grupo de investigación PROFITH.
LA PIRÁMIDE DEL TRIPLE MÁS: MÁS ACTIVO, MÁS SALUDABLE, MÁS SOSTENIBLE
Los medios de desplazamiento activo, que pueden verse en la base de la pirámide, implican un incremento de actividad física que conlleva beneficios sobre la salud de las personas, así como al entorno al no contaminar ni empeorar la calidad del aire. Si reducimos los contaminantes producidos por los desplazamientos en vehículo motorizados, se mejora la calidad del aire y, por consiguiente, se reduce el riesgo de enfermedades asociadas.
Un mayor nivel de actividad física en nuestros desplazamientos, implica una reducción en el riesgo de mortalidad, mejor condición física y perfil metabólico y una reducción de la grasa corporal. Estos desplazamientos activos conllevan también un mayor conocimiento de tu entorno, un ahorro económico y una reducción del tráfico, la contaminación atmosférica y acústica.
Una movilidad sostenible permite ciudades más saludables y humanas, donde la movilidad peatonal y en bicicleta es la protagonista. Y esta se complementa con un transporte público eficaz y eficiente, que permita acceder a aquellos lugares más distantes y el fomento de la intermodalidad, especialmente el conjunto peatonal-bicicleta-transporte público. Este tipo de movilidad deriva en los mayores beneficios para la salud individual y del entorno.