El 99% de los niños españoles diagnosticados y tratados con anfetaminas de trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDA/H) no están enfermos en realidad, sino que han sido víctimas de un "exceso en el diagnóstico" cometido por los psiquiatras que les trataron y por sus propios padres, que demandan la "pastilla mágica" que acabe con las molestias que pueden dar los hijos.
Así opina la psiquiatra Eglée Iciarte, doctora de la Universidad Autónoma de Madrid, quien hablará del abuso de los psicofármacos para tratar a menores en la mesa redonda que esta tarde se desarrolla en la sede de la UNED bajo el título "La Europa de la no violencia y el desarme", en la que participa también el portavoz de la Regional Humanista Europea, Giorgio Schultze, quien está de visita en Madrid.
La doctora Iciarte denunció a Europa Press el "uso indiscriminado" que según su experiencia, los psiquiatras españoles hacen de los psicofármacos en menores, un error que --a su juicio-- nace como fruto de la "trivialización de los diagnósticos" que realizan muchos profesionales de esta especialidad por "tratar un síntoma a nivel de enfermedad".
"Este error es fruto de un exceso de diagnóstico, de la "medicalización" de la vida y de un intento de responder a las demandas de los propios padres, quienes piden la pastilla mágica que acabe con los problemas que tienen y dan los hijos", según la experta, que recordó que España es el tercer país del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos y Canadá, en administrar psicofármacos a menores.
POR UN CONTROL DE LOS PSICOFÁRMACOS EN MENORES
Esta situación conlleva "muchos riesgos" para los menores, quienes al ser tratados con psicofármacos antes de que su personalidad y su sistema nervioso esté totalmente formado, pueden sufrir desde diabetes hasta dificultades en el crecimiento. Además, estos diagnósticos precipitados pueden convertirlos en adictos a las drogas en el futuro o generarles verdaderos problemas psicológicos.
"Me parece excesivo diagnosticar un trastorno "border line" a un adolescente de 14 años que aún no tiene estructurada la personalidad, es como predecir el futuro de esta persona", acotó.
Al margen de estos abusos, la psiquiatra recordó que estos medicamentos no están previamente probados en menores y por lo tanto, pueden generar en ellos efectos secundarios insospechados, sobredosis por errores de cálculo o en la dosis o simplemente, ineficacia. Según la Comisión Europea, entre el 50% y el 90% de las medicinas que se recetan y administran a menores no fueron previamente ensayadas.
Ante este problema se están movilizando en Europa grupos como la Regional Humanista Europea, que piden a las autoridades la puesta en marcha de "medidas de control" de este tipo de prácticas en las que los niños son los más perjudicados.
Concretamente, el portavoz de este grupo Giorgio Schultze denuncia que en Italia, farmacéuticas como Lilly, fabricante del "Prozac", está "realizando test psicológicos en las escuelas donde se está diagnosticando hiperactividad a más del 50% de los niños". "Esto es exagerado y nos preocupa que muchos menores estén siendo tratados con psicofármacos sin necesidad porque los padres tienen miedo de que expulsen a sus hijos del colegio".