La hipoacusia se conoce como un problema auditivo que puede ocasionar sordera parcial o pérdida de la sensibilidad auditiva. Se pueden dar tres tipos:
- Neurosensorial. Afectan directamente a los órganos del oído interno vinculados directamente al sistema nervioso.
- Mixta. Ataca a órganos conductivos y al sistema neurosensorial, es una lesión que afecta gravemente.
- Conductiva. Este tipo de lesión limita la detección de sonidos eternos. Este tipo de lesiones se encuentra en el oído externo o en el oído medio.
Habitualmente, suelen aparecer síntomas que ayudan a identificar el inicio de la sordera. Es muy importante realizar una revisión con estudio auditivo completo. En Sonoclinic son expertos en este tipo de problemas y cuentan con un gran equipo que ayudará a realizar un seguimiento exhaustivo. Aunque no hay una edad concreta, la hipoacusia se presenta como un problema, sobre todo, a partir de los 65 años, pero es posible que pueda presentarse antes afectando incluso a niños. Es una lesión muy habitual en aquellas personas que se encuentran sometidas a ruido ambiental elevado, música alta, todo aquello que conlleva un volumen muy elevado. Cada vez más personas someten sus oídos a demasiado estrés, lo que conlleva a que muchos adultos comiencen a padecer esta lesión. Un seguimiento a tiempo ayudará a establecer un tratamiento efectivo. Así, la persona que lo padece podrá continuar con su rutina habitual.
La rutina actual de estos pacientes ha hecho que la hipoacusia también se presente en ellos como una ilusión prematura. Aunque también puede deberse a un factor genético, en estos casos es importante que los padres realicen un seguimiento, sobre todo cuando se trata de bebés.
¿CÓMO SE DETECTA LA HIPOACUSIA DE LOS BEBÉS?
Es muy importante prestar atención para garantizar un tratamiento correcto. Los profesionales pedirán a los padres que evalúen cómo interactúa el niño con su entorno. Para detectarlo a tiempo los padres deberán observar si el bebé reacciona a ruidos o a sus voces cuando intentan calmarlo. Durante los cinco primeros meses del bebé deberá reaccionar buscando la fuente del sonido. Ante esto moverá su cabeza o todo el cuerpo. Estos movimientos indicarán que el pequeño es capaz de percibir lo que ocurre a su alrededor.
La rutina actual de estos pacientes ha hecho que la hipoacusia también se presente en ellos como una ilusión prematura. Aunque también puede deberse a un factor genético, en estos casos es importante que los padres realicen un seguimiento, sobre todo cuando se trata de bebés.
Algunos de los síntomas más frecuentes de la hipoacusia son:
- No emitir sonidos o balbucear.
- No reconocer su nombre durante los seis primeros meses.
- No repetir palabras simples a partir del mes catorce o quince.
- Dificultad para pronunciar más de diez palabras llegados a los dos años de vida.
Si a partir de los tres años no es capaz de construir frases sencillas puede ser un síntoma de hipoacusia.
CONSECUENCIAS DE NO TRATAR LA HIPOACUSIA A TIEMPO
No tratar la hipoacusia puede provocar problemas graves en procesos como:
- Aprendizaje. Los niños pueden presentar problemas en el proceso de aprendizaje, afectando gravemente a su interés y motivación. También puede provocar problemas de aislamiento y malos resultados escolares.
- Comunicación. Al no ser capaz de percibir bien los sonidos, cuentan con un proceso bastante más lento para desarrollar el habla, provocando grandes limitaciones para poder comunicarse con facilidad.
Contar con un tratamiento temprano ayudará a que el niño pueda desarrollar sus capacidades, junto con un tratamiento logopédico y audioprotésico para determinar cuáles son las necesidades de este. En caso de hipoacusia en adultos un seguimiento efectivo y un tratamiento temprano ayudará a tratar la lesión.