Chile ha iniciado este miércoles el cultivo legal de marihuana en la comuna de La Florida, ubicada en la provincia de Santiago, en un proyecto experimental que tiene como objetivo elaborar un suero del que se beneficiarán, en principio, 200 pacientes con dolores crónicos para constatar las propiedades terapéuticas de esta planta.
El alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, y la presidenta de la Fundación Daya --que participa en este proyecto--, Ana María Gazmuri, han iniciado la siembra de 850 semillas de cuatro tipos de marihuana traídos de Países Bajos: Durga Mata II, Wappa, Icecream y Pandora.
Las plantas de marihuana arraigarán en un terreno de 450 metros cuadrados, de los cuales 280 se destinarán en exclusiva al cultivo. La ubicación exacta se mantendrá en secreto para garantizar la seguridad y el éxito del proyecto.
El cultivo estará protegido por un doble cierre que incluye un alambre de púas y una valla electrificada, además de por varias cámaras de seguridad y guardias que funcionarán 24 horas por todo el perímetro. También habrá un botón del pánico para contactar de inmediato con Carabineros y Seguridad Ciudadana.
Carter ha explicado que todas estas medidas de seguridad obedecen a "una serie de exigencias del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG)". "La ley es muy estricta, me pone la responsabilidad del cuidado de estas especies y, si se pierden o roban, el que responde con multas e incluso con una acción penal soy yo", ha dicho a "El Mercurio".
EXTREMO CUIDADO
Para asegurar la viabilidad de las plantas de marihuana, se ha previsto un escrupuloso plan de cultivo al frente del cual estarán Carlos Prado y Pablo Meléndez, que han participado en iniciativas similares, y un grupo de entre seis y ocho voluntarios.
Los expertos han relatado que, una vez que las 850 semillas germinen, serán trasplantadas a maceteros pequeños. Transcurridos dos meses, se seleccionarán 425 ejemplares que se trasladarán a recipientes más grandes.
La primera cosecha estará lista en abril de 2015. "Lo que se cosechan son las flores, llamadas cogollos normalmente, con las que haremos la extracción del aceite de cannabis, que tiene la mayor concertación de componentes activos de la planta", ha señalado Meléndez.
Meléndez ha destacado que solamente usarán abonos y fertilizantes orgánicos y que procurarán aprovechar las lluvias para el riego. "Haremos el esfuerzo de sacar un producto lo más orgánico posible", ha recalcado.
ENSAYO CLÍNICO
La finalidad de esta plantación de marihuana es elaborar un suero que ayude a los pacientes con dolores crónicos, especialmente a los enfermos de cáncer, a lidiar con sus dolencias.
"La idea es hacer un aceite de cannabis mediante métodos químicos estandarizados", ha aclarado el presidente de la Fundación Latinoamérica Reforma, el doctor Sergio Sánchez, que asesora a La Florida en este proyecto.
El laboratorio Quifac de la Universidad de Valparaíso ayudará en el proceso de extracción y certificará la calidad de los productos que se generen, dando así validez científica al uso terapéutico de la marihuana.
El medicamento se presentará en una cápsula --aunque sobre esto aún no hay consenso. "En ningún caso queremos que la gente fume, les daremos algo que sea lo más asimilable posible a un medicamento normal", ha explicado Sánchez.
El proyecto tendrá un coste de 100.000 pesos (136,95 euros) por persona, lo que se traducirá en un coste total de 60 millones de pesos (82.173 euros), un valor mucho menor al de los fármacos producidos por la industria internacional.
INICIATIVA CONTROVERTIDA
Carter ha instado al sector médico a apoyar este proyecto, a pesar de que, según ha reconocido, no tiene base científica porque, precisamente, lo que se pretende es demostrar los fines terapéuticos de la marihuana.
"Es cierto que no hay estudio clínico y somos justamente nosotros los que estamos comenzando con este programa piloto, que conduce ciertamente a la generación de un estudio clínico que nos permita tener toda la evidencia que en otras partes del mundo ya existe", ha explicado.
Carter ha entendido que "pueda haber alguna objeción científica de investigadores, o incluso un tema de no sentirse parte", pero ha invitado "a las sociedades médicas para que, más que como un tema de egos, se sumen" a la iniciativa.